sábado, 28 de noviembre de 2009

A Finlandia me iría.

Para que me hablen en finlandés cuando vaya a comprar el pan (aunque dicen que son parcos y de pocas palabras), para sentir frío gélido, para sentirme sola con razón. También para que me extrañen un poco por aquí. Quiero emocionarme cuando escuche voces conocidas al teléfono. Emocionarme cuando escuche castellano por la calle. Emocionarme cuando escuche el rasgado de las cuerdas de un charango. Esas cosas que ahora me conmueven poco o me dan igual. Cuando haya sido suficiente, volvería.

¿Qué puedo hacer para que me exilien?

2 comentarios:

Kerad dijo...

finlandia es EL exilio. vivir en la parte más al norte donde el sol se demora en salir, hablar de sibelius con virtualmente cualqueir finlandés, disfrutar de frío nórdico... siempre he querido que el final de mi vida sea en finlandia.

Paolo dijo...

tengo una amiga finesa -asi es, segun recuerdo- y es buena gente. Dice que la gente se divide entre los que hablan sueco, los que hablan finés y el inglés es la regla.

para que te exilien... podrías leer el "Manual del perfecto deportado" de Sofocleto

espera a que ingrese un gobierno aturiotario y raja de él en el café más concurrido de la ciudad, por ejemplo.