Me gustaría vivir en el octavo nivel de un edificio por algunos meses, en un piso sin compartimientos y mamparas, que sea más como un iluminado amplio salón. Las paredes serían color crema, poco a poco las iría cubriendo con cuadros, fotos e imágenes, todas emplazadas como se me antoje. El piso sería de madera, entablonado y cada vez que caiga una moneda sobre él sonaría plac seguido por un ecoecoeco. Llevaría conmigo mi actual cama, mas no el colchón (desde hace ya una semana que emite ruidos extraños, como si uno de los resortes estuviera de malas) y la colocaría en la mitad de la habitación. También mi tele y las casi 15 películas que compré y están en lista de espera junto con cinco libros que yo misma elegí para recibir por mi cumpleaños. Cajas vacías que usaría como cajones y pantuflas también resultarían útiles. Qué bonito sería.
viernes, 18 de septiembre de 2009
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3 comentarios:
Si uno escucha con detenimiento "Cuando ya me empiece a quedar solo" encontrará que talvez, y solo talvez, ese sería el destino de mudanza que uno quiere al final...
o talvez ese "uno" es muy universal...
Esto es como música para mis ojos.
Gina, ¿eso quiere decir que te gusta leerme?, gracias en ese caso!
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