miércoles, 26 de noviembre de 2008

Así habló Zaratustra.

Seamos todos como niños inocentes y capaces de olvidar. Mejor sigamos nuestros instintos. Chau a las estructuras transmundanas (morales, políticas, religiosas, etc.) que me alejan de mi terrenalidad natural. Hagamos las cosas porque queremos, no porque el gran dragón del deber-ser nos lo exige.

Eso entendí hoy en mi clase de ética. Después de escuchar eso, entonces, decidí hacer un cambio en mi vida. Así que mi primer instinto es el de no bañarme al menos por una semana (el shampoo me enajena y aleja de mi estado natural de 'apestor'). Dicho esto, espero que sigan siendo mis freeeends y todavía quieran ir a cadillacs conmigo después de que me salgan pulguitas y éstas brinquen como locas por todo mi cráneo.

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