jueves, 1 de mayo de 2008

Más antojos

Nombre: La Bonbonniere
Ubicación: Calle Burgos 415, San Isidro
Página web: labonbonniereperu.com
Especialidad: Cafetería, pastelería

Debo agradecer tener una familia muy entusiasta cuando de ir a lugares nuevos se trata y si es por comida, mejor. Éste me lo recomendó una amiga de la universidad hace ya algún tiempo, lo hizo con tal emoción que sentí que tenía que ir algún día; esta semana me tocaba elegir a mí el lugar y es así como paramos en La Bonbonniere, restaurant de cálido ambiente así como exquisitos postres, sandwiches, entre otros platillos.

El lugar era lindo, estaba en una esquina y tenía dos ambientes, uno dentro del establecimiento y el otro era la terraza, en donde estaba la mayoría, pues a decir verdad era encantador ahí, a luz de velas, muy místico todo. Buscando un poco en google, me enteré de que el como salón de té en 1946 por una pareja francesa; así que, ya se imaginarán con que delicadeza (y buen gusto) está decorado.

Para comenzar, pedimos una canastilla de panecillos, los cuáles acompañamos con mantequilla y mermelada de fresa que nos trajeron; mientras tanto elegíamos que pedir. Inicialmente, opté por algo salado (me gusta más lo salado de lo dulce), pero como sabía que su especialidad eran sus postres, luego incluí algo dulce también.

Pedí una salteña de carne, empanada típica de Bolivia; llena de sabor, no muy grande, no muy pequeña, tamaño perfecto. De postre, ordené una torta de trufa y chocolate, que para mi sorpresa tenía frambuesas en el interior. También me encantó y eso que no soy dulcera. Mi papá y mi hermana pidieron humitas, las cuáles tenían un sabor muy especial, no eran dulces ni saladas, sino un intermedio, acompañadas por zarza de cebolla. Mamá por su lado, quiso un capuccino y un keke de naranja y amapola que resultó más que bueno.

En realidad, siento que puedo recomendar este lugar, es tradicional y sé que a muchos, como a mí, les va a encantar, no solo porque el lugar es encantador, sino también porque tiene variedad de sabores para ofrecer y no es caro. La atención estuvo bien, pero creo que pudo estar mejor; perdono esa deficiencia únicamente porque mi paladar también lo hizo cuando probó esas delicias que nos trajeron.